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¿Cómo hacer una estructura financiera?: 3 claves para lograrlo

Cuando se inicia con la formalización de una empresa, surgen muchos conceptos nuevos que pueden resultar desconocidos. Uno de los más relevantes es la estructura financiera. A continuación, te explicamos qué significa, cuáles son sus componentes y por qué resulta clave para el crecimiento de cualquier negocio.


¿Qué es la estructura financiera?

La estructura financiera es el conjunto de recursos económicos y fuentes de financiamiento con los que cuenta una empresa para iniciar operaciones, sostenerse y crecer.

En otras palabras, representa la manera en que una empresa organiza y obtiene el capital necesario para llevar a cabo sus actividades.


Fuentes de financiamiento en la estructura financiera

Una empresa puede utilizar dos tipos de fuentes de financiamiento y suelen clasificarse de la siguiente manera:

  • Fuentes internas: corresponden al capital propio, como las aportaciones de socios, utilidades retenidas o emisión de acciones. Este tipo de recursos aporta autonomía y solidez financiera, ya que la empresa dispone de ellos de forma directa.
  • Fuentes externas: se refieren al capital ajeno obtenido mediante préstamos, créditos, emisión de deuda o inversión de terceros (como fondos de Venture Capital). Estas alternativas permiten acceder a mayores recursos, aunque impliquen compromisos financieros.

No existe una estructura financiera “única” o ideal. El diseño dependerá de factores como el tipo de empresa que deseas constituir, el sector en el que participas, la etapa de desarrollo en la que te encuentras, así como del entorno económico y las condiciones de financiamiento disponibles.


Diferencia entre estructura financiera y estructura económica

Aunque suelen confundirse, ambos conceptos son distintos:

  • Estructura financiera: se centra en las fuentes de financiamiento.
  • Estructura económica: hace referencia a los activos y bienes adquiridos con ese capital.

¿Por qué es importante contar con una estructura financiera sólida?

La forma en que se construye la estructura financiera impacta directamente en la rentabilidad, la capacidad de crecimiento y la toma de decisiones de tu negocio.

Un equilibrio adecuado entre fuentes internas y externas permite:

  • Mantener un perfil de riesgo balanceado.
  • Aprovechar oportunidades de inversión y expansión.
  • Contar con mayor flexibilidad para enfrentar imprevistos.
  • Generar confianza entre accionistas e inversionistas.

Además, la estructura no es estática: evoluciona conforme cambian los resultados, objetivos y necesidades del negocio. Por eso, contar con un área financiera o asesores especializados en finanzas resulta esencial para identificar cuándo realizar ajustes y asegurar decisiones estratégicas que fortalezcan el futuro de la empresa.



¿Cómo hacer una estructura financiera?: 3 claves estratégicas

1. Elabora un plan financiero

Un plan financiero bien diseñado es la base de una estructura financiera sólida. Este debe contemplar fuentes de financiamiento, ingresos, egresos, proyecciones de ganancias y metas claras, lo que permitirá a tu empresa tomar mejores decisiones y crecer con visión.

Para llevarlo a cabo considera:

  • Objetivos claros y específicos. No basta con decir “quiero vender más”. Define cifras concretas y alcanzables según la etapa de tu empresa. Ejemplo: “lograr ventas de $200,000 a través de mi tienda en línea.
  • Plazos definidos. Establece un horizonte de tiempo para tus metas. Puede ser un trimestre, un año o más, pero siempre con fechas claras que guíen tu estrategia.
  • Presupuesto detallado. Asigna de forma estratégica los recursos. Ejemplo: X monto para insumos, Y para producción y Z para marketing o ventas.
  • Medición y control constante. Monitorea periódicamente avances, desviaciones y gastos no contemplados. Esto te permitirá hacer ajustes oportunos para mantener el rumbo hacia tus objetivos.

2. Considera el riesgo financiero en tu estructura

Solemos asociar el riesgo con algo negativo, en realidad reconocerlo y gestionarlo es clave para fortalecer la estructura financiera de tu empresa. Ser consciente de los riesgos te permite anticiparte, mitigarlos e incluso convertirlos en oportunidades de mejora.

Existen cuatro tipos de riesgo que pueden impactar directamente en tu negocio y es crucial que los consideres:

  • Riesgo de mercado. Son factores externos que afectan tu operación, como la inflación, la variación de precios o situaciones imprevistas (por ejemplo: la pandemia). Ante estos escenarios, puedes diversificar proveedores, ajustar precios e incluso innovar en tu modelo de negocio para mantenerte competitivo.
  • Riesgo de crédito. Aparece cuando la empresa tiene dificultades para cumplir con obligaciones de deuda. Antes de adquirir un préstamo o crédito, analiza tu capacidad real de pago y planifica cómo afrontarás ese compromiso financiero.
  • Riesgo de liquidez. Se relaciona con el flujo de efectivo disponible para cubrir gastos inmediatos, tal es el caso de nóminas, insumos, créditos y servicios. Mantener una liquidez sana es esencial para que tu operación no se detenga por falta de recursos en caja o en el banco.
  • Riesgo operacional. Incluye factores internos que pueden detener la operación, como fallas en maquinaria o dependencia de una sola persona clave. La solución está en la prevención: dar mantenimiento a equipos, capacitar personal y diseñar planes de contingencia.

No temas a los riesgos: cuanta más información y planeación tengas, mejor preparado estará tu negocio para afrontarlos y crecer.



3. Crea una estructura de capital óptima

La estructura de capital es la proporción entre capital accionario (aportaciones de socios o accionistas) y deuda (financiamiento externo) que conforma el valor de la empresa.

Una estructura de capital “óptima” suele ser aquella que mantiene un nivel de deuda saludable y sostenible, en comparación con el capital propio. Sin embargo, no existe una fórmula universal: la mejor combinación dependerá de las capacidades y condiciones particulares de cada negocio.

  • Si tu empresa tiene la capacidad de cubrir sus compromisos financieros, la deuda puede ser una herramienta útil para acelerar el crecimiento.
  • En cambio, si tu flujo de efectivo es limitado o tu empresa se encuentra en una etapa temprana, quizá lo mejor sea priorizar fuentes internas de financiamiento o capital accionario antes de endeudarte.

Factores como la etapa de tu empresa (inicio, expansión o consolidación) y el nivel de riesgo asumido influirán en cuál es la mejor estrategia para estructurar tu capital.


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Autor: WORTEV Services

Fecha: 8 septiembre, 2025

Título: ¿Cómo hacer una estructura financiera?: 3 claves para lograrlo

Medio: WORTEV Services

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